Qué puede hacer la familia para ayudar a un familiar con problemas asociados al consumo de alcohol y/o drogas

por los Médicos Ana T. G-Paullada y Francisco A. Cantú

Un servicio por parte del programa

“La Opinión del Médico".

Introducción

La opinión del médico es un programa específico para que su familiar inicie el proceso que tanto requiere para aceptar y enfrentar sus problemas relacionados con el consumo de alcohol y/o drogas.

El programa está basado en 40 años de experiencia en el tratamiento de personas que la sociedad las conoce con los términos de adicción, alcoholismo o drogadicción.

El consumo de sustancias es un síntoma grave y este síntoma nos avisa de un padecimiento de fondo.

Qué hace difícil el proceso para la familia.

1.- No se entiende como un padecimiento físico.

2.- La moralización (verlo como algo malo, un vicio, falta de fuerza de voluntad, culpar a los padres, culpar a otros o circunstancias, la familia se siente culpable, etc.)

El mayor reto que va a tener la familia es darse cuenta  que se ha estado enfrentando a la forma no sana de pensar, sentir y actuar de su familiar.   Esto es lo que hace complicado y confuso para la familia.

Este programa logra simplificar el proceso para enfrentar la problemática. Obteniendo al final que el familiar acepte la ayuda.

¿Qué es lo que familia tiene enfrente?

Estas son preguntas frecuentes.

¿Por qué no responde al igual que cualquier otra persona?,  ¿Por qué no responde adecuadamente a las pláticas, discusiones, ofrecimientos, límites, pleitos, amenazas, etc.?,  ¿Por qué no se da cuenta de lo que hace? ¿Por qué no lo puede hacer por su familia?,  ¿Por qué nos miente diciendo que va a cambiar y dura unos cuantos días o semanas para regresar a las mismas conductas?,  ¿Por qué presenta en forma repetitiva conductas que nos preocupan y exasperan?

La respuesta no es complicada, lo que presentan es una enfermedad donde están afectadas las funciones del cerebro. Al igual que cualquier otra enfermedad física no responde a pláticas o cualquier otro tipo de acciones de la familia,  solamente responde a tratamiento.

1

Esta afectación trae consigo una fragilidad o debilidad.

A diferencia de las personas sanas en su funcionamiento emocional, el alcohol y las drogas realmente les hacen mucho daño a ellos.  Nunca fue la cantidad o la frecuencia, el daño inicia desde la primera copa o dosis de droga.

Afectando las funciones del:

    • PENSAR, no “creen” que tiene un padecimiento, piensan que no requieren de ayuda, “creen” que pueden solos, piensan que no se les entiende, “creen” que son las personas y circunstancias quienes les generan un malestar emocional culpando a padres o parejas, no piensan en las consecuencias, no “creen” que se les debe de aplicar las mismas reglas y límites que a los demás y piensan que tienen la razón.

    • SENTIR. Les cuesta trabajo identificar lo que sienten, les cuesta trabajo solucionar conflictos emocionales cargándolos por años, se guardan lo que sienten; la culpa vergüenza y remordimiento les dura muy poco o no  lo presentan, fácilmente se les suben las emociones, tienen poca tolerancia emocional.

    • ACTUAR. Son impulsivos, demandantes, manipuladores, deshonestos, egocéntricos, no hacen caso, no siguen reglas, tercos, irresponsables con la familia y pareja, toman malas decisiones.

Todos estos son síntomas que forman el cuadro clínico, por ejemplo, el no ser objetivo consigo mismo es una función del cerebro, por esta razón no entienden, no responden a pláticas,  a explicaciones,  no ven sus errores etc.  Se ve como “terquedad”.

2

Existen dos indicaciones médicas para no consumir, la primera es no consumir alcohol y/o drogas cuando el cerebro está en desarrollo ya que son sustancias neurotóxicas. Esta es la razón por la cual los niños, preadolescentes y adolescentes no deben de consumirlas. Ya que la toxicidad causa un estancamiento en el desarrollo de las funciones cerebrales y en casos avanzados un detrimento. La segunda es cuando tienen una alteración, padecimiento o enfermedad del cerebro. Nuevamente la neurotoxicidad aumenta la alteración, enfermedad o padecimiento.

Ustedes tienen la razón en buscar que ya no consuma.

La interacción que tiene la familia con el familiar con el trastorno, siempre es dentro del contexto de la enfermedad. La familia se está relacionando con una persona que al pensar, al manejar sus emociones y sus conductas no son sanas. En otras palabras la familia se está relacionando con la enfermedad. Están escuchando y haciendo caso a la enfermedad, están creyendo y “confiando” en la enfermedad, que no es lógica. De alguna forma u otra han estado funcionando dentro del juego de la enfermedad.  Como se darán cuenta, la relación entre familia y familiar enfermo, no es sana.

Los resultados de este tipo de interacciones tiende a ser conflictiva, dejándolos con preocupación, frustración y enojo.  A la larga este es un tipo de desgaste emocional que sufre la familia.

3

Medidas que debe de llevar la familia

Teniendo esto en cuenta la familia debe de llevar a cabo las siguientes medidas para dar contención.  Este proceso debe de ser repetitivo y no caer nuevamente en las conductas anteriores.  Con una buena implementación, el paciente debe de aceptar la valoración médica para establecer un diagnóstico y un tratamiento.

Entender y concientizar

Hablar con toda la familia y que estén informados. De ahora en adelante ya no van a interactuar con él o ella dentro del juego de la enfermedad.  Teniendo conciencia  que  de ahora en adelante van a interactuar de una forma sana para la familia y al mismo tiempo sea de ayuda para él o ella.

La familia no tiene la culpa

Al tratarse de una enfermedad física, no hay forma que la familia haya sido culpable de causarla.  La familia no es responsable de sus conductas enfermas. Es responsable de identificar, orientar y dar indicaciones para que se trate o busque ayuda médica especializada.

No es sano

Cuando platiquen con él o ella y los hayan escuchado, lo mas probable es que no sea sano lo que dice, estará planteando lo quiere hacer. En ese momento de forma firme seria y con preocupación decirle que eso que está diciendo no es sano, de la conducta de la que describió no es sana o que su manejo emocional no es sano.     De esta forma estamos haciendo a un lado la moralización y manejándolo tal y como se debe hacia un padecimiento.  No es difícil identificar si algo es sano o no sano, con un poco de sentido común se aprecia. Si hay dudas lo pueden platicar y revisar con otro familiar y volverlo a retomar y corregir, no pasa nada con que haya pasado tiempo. Hay que repetirlo una y otra vez. Debe de haber una constancia permanente.

No dar juego a la enfermedad

El no entrar al “juego” enfermo o el engancharse con la enfermedad es prioritario. Esto se obtiene no discutiendo con él o ella, no caer en los pleitos.  Desde el momento que se cae en el papel de dar explicaciones, ya está dentro del juego del padecimiento.

Dar tiempo fuera

Cuando noten que se les suben las emociones hay que detener la plática o interacción. Hacerlo ver que se  subieron las emociones,  se va a dar tiempo para que se bajen y posteriormente retomarlo.  Como la alteración principal está en la regulación emocional, cuando se alteran o suben las emociones están dentro de la máxima expresión de la disfunción cerebral. No se logra nada con seguir.   Se le dice “vamos a darle tiempo a que se bajen las emociones y una vez que bajen seguimos platicando, ya tienes la experiencia que no te sientes bien después”.

Ya no debes de consumir

No hay problema con seguir diciendo que no debe de consumir alcohol o drogas. Ahora solamente hay que incluir “ya te diste cuenta que eres de ese grupo de personas que les hace daño y altera tu forma de pensar, sentir y actuar”.  Esto hablarlo cuando no esté intoxicado y no en forma de reclamo, sino con preocupación.

Alcohólico y drogadicto

Están  muy moralizadas las palabras, alcoholismo, alcohólico, drogadicción y drogadicto .  No usarlas.  El o ella pueden llegar a decir “no soy alcohólico o drogadicto” y se les debe de responder,  “de acuerdo, pero si tienes conductas no sanas y un sufrimiento emocional que requieren de atención”.

Requieres acudir con el médico

Volviendo hacer énfasis en la repetición. Hay que decirle, “ ya nos informamos y tu forma no sana de pensar sentir, y actuar requiere de una valoración por el médico especialista”.  Lo mas probable es que diga que no, pero hay que insistir y decirle, “sabes muy bien que las puertas están abiertas para que recibas ayuda, mientras nosotros, tu familia, no podemos seguir siendo cómplices o partícipes de tus conductas no sanas, no queremos que esto siga avanzando”. “Así que vamos a seguir insistiendo”.

4

Estamos con ustedes para ayudar en este proceso y atender a su familiar.

Comunicarse al teléfono y pedir cita al

999 528 8115 / 777 326 1896

Todas las orientaciones y valoraciones se llevan a cabo por internet desde la comodidad de su casa.

Somos los únicos que tenemos un programa innovador para atender este padecimiento.  Esto es gracias a los estudios y gran experiencia clínica.

Información de nuestro programa lo encuentra en www.laopiniondelmedico.com

Nuestro programa no es para todos.  En caso de pertenecer a otro tipo de padecimiento, se los orienta adonde acudir. Esto se obtiene durante la valoración médica.